Cómo ayudar a los niños a superar el divorcio

Un divorcio puede ser un proceso complicado y desgarrador a nivel personal, tanto para adultos como para los hijos, especialmente los menores de edad. El niño puede sentir que el mundo donde ha estado protegido ya no existe, con el consiguiente desajuste psicológico. Queda al buen hacer de los padres, responsables en pareja de sus hijos aun divorciados, minimizar en ellos los efectos del divorcio. Aquí damos algunas pistas:
Para comunicarle la noticia:
- Acuerda con el otro progenitor un día y hora adecuados para sentaros con él y explicarle qué es el divorcio (si tiene edad de comprender), que estáis en ese proceso y que es algo triste para vosotros.
- Debe entender que es un proceso entre dos adultos y que él no es de ninguna forma culpable de la situación. Responded a sus dudas.
- Es necesario también informar del divorcio al colegio y al médico del niño, para que prevean cualquier cambio en su actitud o rendimiento, y establezcan las medidas oportunas conjuntamente con vosotros.
- La noticia no debe suponer en principio un cambio de colegio ni en las actividades extraescolares, excursiones, campamentos, etc. Os tendréis que poner de acuerdo para las autorizaciones, por ejemplo.
Reacciones normales del menor:
- Al principio, el niño puede preguntar cosas cotidianas muy concretas, como quién le llevará al colegio o le recogerá, si verá a sus abuelos en verano, etc. Cuanto menos varíen estas situaciones, más facilidad tendrá el niño para adaptarse.
- Reacciones que pueden presentarse:
- Menores de dos años: la situación puede causar en el niño irritabilidad, demasiado apego o sueño irregular.
- Etapa preescolar: a esta edad puede sentirse culpable y, por lo tanto, intentar uniros en todas las situaciones.
- Edad escolar: en esta franja puede aparecer la ira, que hará que la culpa se desplace hacia vosotros, aunque fantaseará con una reconciliación. Si esta es imposible, es importante que no le deis esperanzas en vano.
- Adolescencia: puede empezar a comportarse mal, traer peores notas, deprimirse o preocuparse por su futuro a largo plazo. El enfado puede hacerle caer en conductas inapropiadas.
Cómo atajar o prevenir estas reacciones:
- Intentad que el divorcio sea lo más amistoso posible.
- No le involucréis en ninguna pelea, no os peleéis ni tratéis asuntos de manutención en su presencia.
- Comunicaos con respeto y cooperad como padres. Los hijos imitan lo que ven y es necesario que le inculquéis respeto hacia el otro, por lo que no debéis:
- Hablar mal el uno del otro delante de él.
- Obligarle a tomar partido.
- Sonsacarle información.
- Utilizarle para causar daño al otro.
- Cambiar las reglas entre ambos hogares.
- Respetad y fomentad la relación con vuestro excónyuge: es también su progenitor y es bueno que se divierta con él. No es deseable que las visitas las ordene un juez.
- Es necesario que el niño sienta que puede compartir abiertamente sus sentimientos con ambos.
- Si veis que algo va mal, poneos de acuerdo para contratar asesoramiento psicológico, individual o en familia.
Deja una respuesta