¿De dónde surgieron los procuradores?

¿De dónde surgieron los procuradores?

El origen en sí del término Procurador proviene del latín “Procurare” de cura o cuidador. Se entiende como la persona que está habilitada legalmente para ejercer la representación de un demandante y procura asistencia técnica al abogado ante el juez en beneficio de su cliente.

Hoy en día es bien conocida la figura del procurador, cuando hablamos de trámites en los juzgados, aunque no todos comprenden el papel clave que desempeñan en la administración de justicia.

Así, en primer lugar vamos a intentar explicar en breves palabras la historia detrás de esta profesión.

Curiosamente la figura del Procurador nació del “Derecho romano”, donde se dio consideración de representante del litigante ante la ley, desde el siglo I AC se utilizó el término “cognitor” para la función específica del representante ante un tribunal. También se llamó procurador a una de las magistraturas romanas, que al principio actuaba como representante de un pueblo ante el emperador, después pasó a ser el administrador de los bienes de la ciudad, luego derivó hacia un poder más relacionado con la de gobernador, cuando se fusionó con la del “prefectus”.

Fue a partir del siglo IV cuando el título era ostentado sin necesidad de nombramiento imperial, y de manera civil se habla de Procurador de los negocios de un hacendado. Como el representante legal de un terrateniente ante la ley.

La figura del Procurador en España

En el derecho visigodo se hablaba del Procurador como representante ante los jueces. El rey, el príncipe y los obispos tenían representación personal, pero el pueblo, debía contratar uno. Era un recurso utilizado por la clase pudiente, que se podía permitir el pago de este, que para ese entonces actuaba como abogado.

Se mantuvo este sistema durante el dominio musulmán, donde solo las clases altas tenían derecho a ser representadas por Procurador.

No fue hasta la baja edad media, ya en el siglo XIII, cuando en Castilla y los territorios liberados se estableció de nuevo el derecho romano, con un orden judicial muy bien definido. Surge el término “Presonero” que desciende del “Procurator” y con los años actúa en representación de otros, sea en acusación o defensa. Alfonso X el sabio fue quien en el Fuero Real, deja bien definido el papel del procurador como representante legal de los litigantes en un juicio.

El primer colegio de procuradores nace en 1396 a fin de establecer el papel y normas que debían seguir, las cuotas que debían cobrar y otros detalles.

Ley orgánica de 1870

Durante los siglos XVI hasta el XIX, surgen muchos cambios complicando el acceso al ejercicio de Procurador. No fue hasta la ley orgánica del poder judicial de septiembre de 1870 cuando se establece el número de procuradores ejercientes, sus obligaciones específicas, diferenciación de la abogacía, los aranceles a cobrar y más tarde los partidos judiciales donde ejercerán sus funciones.

Con pequeñas variantes ha llegado hasta nuestros tiempos en los que los abogados han ganado protagonismo, pero el trabajo del procurador sigue siendo clave en el funcionamiento del sistema judicial español. 

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