¿Qué me ahorro contratando a un procurador?

Muchas personas se plantean si es necesaria la figura de un procurador en un juicio. Piensan que con el abogado que nos defiende y el juez que nos juzga ya es suficiente, que sería incluso ventajoso no tener que pagar a otra persona, a la que en muchos casos ni siquiera conocemos para que nos represente.
Vamos a indicar que si bien la existencia de la figura del procurador, parece hacer aumentar el coste de un juicio, vale la pena contar con uno. Pongamos varias situaciones en las que la actividad silenciosa del procurador hace la vida más fácil, no solo a nosotros, si no a abogados y a jueces.
Ahorro en diligencias y búsqueda de documentos
Cuando acudimos a un despacho de abogados, para querellarnos, por ejemplo, por el abuso de un banco o sociedad de créditos, porque nos enteramos por la prensa que se puede denunciar a una de estas sociedades por el abuso de las tarjetas Revolving, esas que nos ofrecieron en su día en una gran superficie y que se convirtió en una trampa económica.
Bien, ahora nos piden en el despacho para poder llevar a cabo el juicio, una cantidad de documentación que no siempre está a nuestro alcance, aportamos lo que podemos, pero solicitar a cierta compañía otros documentos o informes no parece fácil. Si hemos dado apoderamiento a un procurador, este se encargará de solicitar todo lo que se requiera por nosotros, y dada que es una figura legal bien reconocida, no se pueden negar, pues va en su contra.
Otro caso, sería escribir las cartas de solicitud de determinada documentación ante instancias administrativas, un procurador comprende bien el lenguaje judicial, y nos alivia de realizar dichos escritos, él lo hace en nuestro nombre.
En el caso de divorcios, ocasiona una alta dosis de estrés, además de inquietud e inseguridad afrontarlos ante un juez. Por eso la ley permite que los procuradores puedan comprender los planteamientos del cliente, y ajustarlos al lenguaje judicial.
Agiliza los trámites, los avisos al cliente, las notificaciones entre jueces y abogados, de tal manera que si bien tenemos la noción de que la justicia es lenta, mucho más lo sería si fuéramos nosotros quienes tuviésemos que realizar esa tarea, o que el juez tuviese que estar poniéndose en contacto personalmente con cada abogado de cada causa.
Ahorro en representaciones y vistas
Esta es una de las funciones más importantes atribuidas a un procurador, la representación de la parte. Esto se realiza, según lo indica la ley 1281/2002, por el apoderamiento especial o general. Esto conlleva que el procurador pueda asistir a determinadas vistas previas y citaciones rutinarias como para entregar documentación u otros trámites. No tenemos que ir a ciertas vistas, salvo que el juicio lo requiera, pues nuestro procurador lo hará por nosotros.
Así, en realidad si contamos que el tiempo es oro, el tiempo que un eficaz y atento procurador nos ahorra es muy valioso y agiliza los procedimientos contar con su labor.
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